Diversos estudios señalan que el ultrasonido puede ser utilizado como un sistema de preservativo para hombres
Se mantiene en primer lugar de seguridad el preservativo. Otro método es el coitus interruptus. El más radical es la vasectomía.
Hoy se empieza a hablar de una inyección que está en proceso de investigación, igual que una píldora, como las que toman las mujeres, que estaría en fase de verificación de su efectividad.
Investigaciones
Equipos de ultrasonido comercialmente disponibles pueden ser empleados en el futuro como un método anticonceptivo masculino confiable, económico y reversible, pues reducen el número de espermatozoides, señalaron científicos de EEUU.
El estudio, difundido en la revista de Biología y Endocrinología Reproductiva, fue llevado a cabo con ratas de sexo masculino por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte. Los investigadores están convencidos de que puede ser aplicado a los humanos.
El equipo, dirigido por James Tsuruta, encontró que al aplicar ultrasonidos de alta frecuencia junto a los testículos se produce una disminución de las células reproductivas.
Diferencias con humanos
Esta metodología redujo el número de espermatozoides a cero, mientras que los hombres fértiles tienen, en condiciones normales, más de 39 millones por mililitro de semen, según los investigadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como baja concentración la de menos de 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen.
“A diferencia de los humanos, las ratas siguen siendo fértiles aún con niveles de concentración extremadamente bajos”, explicó Tsuruta.
“Sin embargo, el tratamiento no invasivo por ultrasonido redujo las reservas de espermatozoides de las ratas a niveles inferiores a los que se observan en humanos fértiles”, agregó.
El científico sostuvo que se necesitan investigaciones más profundas para determinar cuánto tiempo durarán los efectos contraceptivos y para averiguar si es seguro repetir el tratamiento varias veces.
Pedacito de historia
En el 2000 antes de Cristo, los egipcios descubrieron el primer anticonceptivo del mundo.
Se trataba de un pequeño cono hecho de semillas de granada y cera. Esa mezcla debía prevenir la ovulación, debido a los estrógenos naturales que contiene.
Las mujeres chinas también tenían su método anticonceptivo: para prevenir un embarazo tomaban mercurio, del que hoy sabemos que es muy venenoso, tanto para los embriones como para las madres.
En el 1850 antes de Cristo se escribe el Papyrus Petri, un libro dedicado a prácticas medicinales que contiene el primer reglamento escrito para la anticoncepción. Entre ellos se aconsejaban los lavados vaginales con miel y bicarbonato de sodio.
Unos siglos más tarde, en 1550 antes de Cristo, se escribe el segundo libro médico, llamado Papyrus Ebers. El documento describe un tampón compuesto de goma arábiga y dátiles que debía inhibir la fecundación durante tres años.
Hoy en día, y gracias a la investigación, existen métodos más efectivos y menos radicales: píldora, DIU, parches…
Fuente: Historias curiosas de la Medicina – Luciano Sterpellone.
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