Las parejas se separan por muchos motivos, a pesar que algunas personas conciben que su separación fue intempestiva, es falso, ya que es antecedida por todo un proceso de deterioro de la relación, ya sea porque al estar inmersos en la rutina, los hijos, el trabajo, etc., no estuvieron atentos a las señales de alerta que emergían día a día y que daban cuenta de un inminente rompimiento del cual uno o los dos pueden haberse dado cuenta.
Etapas del rompimiento. Según la psicóloga Fanny Parrado Flores, terapeuta individual de pareja y familia, dependiendo de las circunstancias en las que se desencadena la separación, es que las personas enfrentan el duelo generalmente comenzando por el proceso de negación, en donde uno de los dos no acepta o evade la realidad. Luego viene una etapa de enojo, donde afloran sentimientos profundos de rabia, enojo, ira, odio, envidia y frustración, emociones irracionales y en muchos casos incontrolables. Posterior a ello, al adquirir conciencia de la situación, devienen sentimientos encontrados, depresión, culpa, ansiedad, vergüenza, tristeza o melancolía, que si se prolongan requerirán de ayuda profesional en salud psicológica puesto que la persona puede, en este momento, tomar decisiones nefastas para su desarrollo mental. "Pero si pasa, viene la etapa de aceptación, es el momento del ordenamiento de la vida en otro contexto, es cuando se acepta lo inevitable, en ocasiones existe aun dolor, pero este no destruye ni genera un malestar incontrolable", especificó Parrado.
Terminar como amigos o enemigos. Por respeto y amor a uno mismo, lo mejor es terminar como amigos, guardando la experiencia en el recuerdo, que tuvo sus momentos bonitos que se disfrutó y se compartió sentimientos y experiencias imborrables que forman parte de tu vida, mucho más si hay hijos de por medio, indicó la psicóloga. Si no hay mas vínculo de pareja, la relación de padres continúa hasta que uno o los hijos dejen de existir, dicha relación debe cultivarse de manera fluida, respetuosa y responsable, de lo contrario, los hijos serán perjudicados en su estabilidad emocional, sus conductas negativas que puedan asumir manipulando la situación.
Qué hacer después. Es normal que después de una separación la persona se sienta dolida, confundida, frustrada, indica la psicóloga. Por lo tanto, es fundamental aprovechar el tiempo para evaluar y reflexionar sobre la experiencia, tomar en cuenta los aprendizajes positivos y negativos, tomarse su tiempo para hacer su limpieza emocional, buscar actividades fuera de la rutina diaria, que le permitan renovarse, fortalecerse, formarse, recrearse, para continuar con éxito en los otros aspectos de su vida.
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