jueves, 29 de marzo de 2012

Siempre me toca un patán’

“Cada vez que empiezo una relación me toca un patán. No sé qué es lo que pasa, pero creo que soy yo la que los elijo sin darme cuenta”, dice Silvia Ormachea, estudiante de Medicina de 24 años. Los últimos tres novios que ha tenido han resultado posesivos, autoritarios, celosos y uno de ellos, hasta agresivo.

La personalidad de cada individuo está muy vinculada con el tipo de relación de pareja que mantenga. Por ejemplo, si eres una persona sumisa y sientes que necesitas protección, siempre buscarás a alguien que te proteja. Por lo general, las características que tienen los protectores son justamente las antes descritas por nuestra amiga Silvia (autoritario, posesivo y celoso), señala el psicólogo Óscar Urzagasti.

“Por lo tanto, mientras no cambies tu manera de ser, la repetición será continua y tendrás novios con comportamientos similares siempre”, agrega el psicólogo.

Mónica Soliz, especialista en parejas, coincide con Urzagasti en que no son estas parejas “las que llegan coincidentemente” a una persona sumisa, sino más bien, es la sumisa la que los busca de forma explícita. Por eso, antes de echarle la culpa a la mala suerte, empieza a preguntarte: ¿Qué tipo de persona eres? ¿Tu forma de ser te hace daño? ¿Qué cosas son las que atraen a los hombres a ti? ¿Qué es lo que deberías cambiar para que puedas encontrar una pareja que te respete y te haga feliz?

“Después de contestarte a ti misma te darás cuenta que posiblemente es tu actitud la que atrae a estas personas que sólo te hacen daño”, apunta Soliz.

Cuando la persona es insegura, miedosa y hasta tímida, trata de refugiarse en alguien más fuerte que ella, comenta Urzagasti. Es ahí donde aparecen aquellos que sienten que pueden manejarlo todo y que toman como presa a una persona sumisa que hará su voluntad.

El hecho de que muchas mujeres se quejen de lo mal que les va con sus parejas y hasta se atrevan a generalizar a los hombres diciendo que ‘todos son unos patanes’, tiene que ver con el patrón de cada mujer. Por eso es que siempre eligen lo que les es más familiar.

“También tiene que ver con la forma en que se hayan criado. Puede que hayan vivido en un hogar machista en el que el papá era el dominante y la mamá la sumisa. Entonces, para ellas, resulta muy normal que alguien actúe de determinada manera y no tenga problemas para seguir esa costumbre”, apunta Soliz.

Práctica de valores

La personalidad de los sujetos juega un papel muy importante cuando se tiene una pareja, pues ambos miembros deben cumplir algunos roles que pueden ser complementarios o simétricos. “Si son simétricos, ambas personas mostrarán poder sobre la relación; pero si son complementarios, la más sumisa se acomodará a la otra”, comenta Urzagasti.

Una pareja bien constituida debe practicar valores como el respeto, la consideración, la confianza, el cariño y la amabilidad, entre otros. Si éstos son difíciles de desarrollar, es porque los miembros de esta relación no son compatibles. Por tanto, lo que toca hacer es “seguir caminos distintos, antes de tener que soportar agresiones, infidelidades, desprecios y otras actitudes que sólo hieren y dejan marcas en la vida”, sugiere Soliz.

Característica

Las personas que son más sumisas suelen quedar fascinadas en una primera instancia por las personas dominantes. Esta primera impresión es la que genera la dependencia emocional posterior.

Víctimas

El sumiso tiene un discurso similar al de la víctima, que dice que requiere siempre que alguien la cuide para estar bien.

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