Ten una visión. Si deseas que tu círculo de amigas se junte más en almuerzos llenos de mimosas y risas, o si quieres tardes de café y noches de vino, asume la responsabilidad y haz que suceda. Las líderes tienen una visión del mundo que quieren crear, y si quieres hacer que tu mundo, en el que comparten más “brunches” o citas, sea real, debes convencer a tu grupo de amigas que crean en esta visión. Reserva una mesa en el nuevo bar y fija la cita con todas tus amigas. Si no lo haces tú, ¿quién lo hará?
Recuerda los cumpleaños. Un cumpleaños es la oportunidad para reconectarte con alguien que hace tiempo no llamas ni mantienes contacto. No es necesario comprar un regalo caro para la cumpleañera, sólo debes llamarla y ella sabrá que piensas en ella. De acuerdo a investigaciones, el simple acto de llamar a alguien en su cumpleaños, u otra fecha especial, es suficiente para mantener vivas las viejas amistades, aunque estén separadas por tiempo o distancia.
Enseña tus habilidades. Quizá perfeccionaste el arte de hacer un Martini, un quiche Lorraine o el “punto cruz”. Comparte tus habilidades con tus amigas y ambas ganarán. También debes dejar que ellas brillen y te enseñen algo a ti. Puedes coordinar un club mensual donde cada mujer demuestre, y enseñe, lo que hace: desde hornear una torta a hacer tarjetas. Compartir las habilidades es una manera fantástica para que todas se conozcan y se aprecien más.
Corta los rumores. Si mantienes las conversaciones libres de chismes tus amigas nunca dudarán si hablas de ellas a sus espaldas. Si una amiga comienza un rumor, no ayudes a que se propague… córtalo en seco.
Aparece. Parte de ser una líder y una buena amiga es estar ahí y dar tu apoyo cuando te necesiten. Las amigas deben saber que la amistad es de ambos lados, y es valioso (y un alivio) tener una amiga en la que puedes contar en cualquier momento. No sólo la acompañes cuando esté pasando por un mal momento, pero une al grupo para celebrar la promoción de una de las chicas.
Estos son los momentos que las unen de por vida.
Pide ayuda. El altruismo está dentro cada una. Además, tenemos respuestas bioquímicas positivas de nuestro cerebro cuando hacemos algo bueno por otra persona. Cuando ayudamos a una amiga, y sabemos que esa amiga nos ayudará a nosotras, fomentamos una relación recíproca. Cuando tú tengas un problema, no te hagas a la fuerte y apóyate en tus amigas.
Habla. Si tienes un problema con una amiga encuentra la manera positiva, gentil y honesta de decirle lo que te molestó. No mantengas esos sentimientos que te molestan dentro tuyo porque crees que de esa manera mantendrás la paz. Solo sentirás resentimientos, lo que envenenará tu relación en lugar de fortalecerla. Un buen amigo puede escuchar lo que quieres decir y responder apropiadamente. Incluso si al principio se pone un poco defensiva, ella comprenderá.
Incluye nuevas amistades. Una nueva amiga traerá otra perspectiva, experiencia y su propio estilo, lo que puede recargar la dinámica del grupo. Al introducir nuevas personas a tu círculo, muestras tu generosidad e inyectas nueva energía, intereses e ideas al grupo. Estar abiertas a nuevas experiencias nos permite aprender y crecer. /
REFRESCA TU AMISTAD
Invierte en ella. Las relaciones son como las plantas: necesitas nutrirlas para asegurar que crezcan. Eso significa que debes seguir conectando con tu amiga, con conversaciones o actividades, no solo socialmente pero también emocionalmente, a un nivel más profundo.
Haz algo nuevo. Una amistad debe refrescarse de vez en cuando. Intenten algo diferente juntas, como ir de viaje, una clase de algo, hacer deporte juntas…
Fechas importantes. Haz que las ocasiones especiales sean especiales. Cumpleaños, promociones, compromisos, su primer departamento… haz que todas esas ocasiones refuercen cuan especial es tu amiga para ti. Te dará un vistazo a lo que será su amistad con cada ocasión especial que les toca vivir.
No temas hablar de tus sentimientos. Ser honesta, respetuosa y sensible sobre lo que sientes es la clave de toda relación saludable.
QUICKIE
Un estudio sugiere que las personas que navegan en la Web durante el trabajo (moderadamente) son 9% más productivas.
Mientras más disfrutes la distracción, más recargada y positiva estarás.
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