domingo, 11 de marzo de 2012

Celulares y trabajo excesivo deterioran la vida íntima

Trabajar demasiado, tecnología mediante, genera sentimientos de culpa, depresión, trastornos sexuales y hasta divorcios, sobre todo cuando las computadoras y celulares irrumpen entre las sábanas.

Las conclusiones surgen de un estudio del Instituto Technology para la emisora radiofónica France Info sobre el impacto de la vida profesional en la esfera privada de los franceses.

Para el 50% de los entrevistados, el trabajo ahora se pone “por encima de todo”. Los más penalizados son los ejecutivos, dirigentes y profesionales liberales: el 47,4% de ellos se lleva trabajo a su casa para la noche y sigue “produciendo” entre las ocho y la medianoche.

La culpa también se la puede atribuir a los celulares y computadoras portátiles: entre quienes tienen un smartphone profesional, el 30% puede ser contactado también durante las vacaciones, el 36% no lo apaga en el fin de semana y el 42% lo deja encendido incluso por la noche.

En la vida del 61% de los ejecutivos, los compromisos laborales ocupan un lugar “preponderante”. Se salvan sólo los obreros, para quienes el porcentaje de los que nunca dejan de trabajar baja al 27%, gracias a horarios laborales poco flexibles y las menores probabilidades de progreso en sus carreras. Para estos últimos, la familia es como “un refugio en una época particularmente dura”.

La consecuencia más alarmante de esta tendencia, donde el trabajo se infiltra en la vida privada y los momentos de reposo y vacaciones, es que la intimidad se reduce drásticamente: el 73% de los entrevistados admite que el cansancio acumulado durante el día les impide hacer el amor, y para dos tercios de ellos el estrés tiene “un impacto negativo en la vida sexual”.

Además, el 63% dice que tendría relaciones sexuales “más a menudo” si el trabajo fuera menos invasivo. Asimismo, se hace cada vez más frecuente la tentación del amor en el trabajo: entre empleados y ejecutivos; una persona de cada dos tiene relaciones sexuales con sus colegas.

“Sentimiento de culpa, divorcios, depresión, fatiga crónica, problemas sexuales: éste es el precio que pagan los maniacos del trabajo”, dijo el analista Jean-Claude Delgenes.

Crisis de pareja
Advertencia Según el estudio, “cuando teléfonos celulares y computadoras irrumpen en las casas de ejecutivos y dirigentes”, las crisis conyugales son frecuentes.


Hijos Los hijos son la mejor arma para resistir contra la dependencia del trabajo. Las familias con hijos consiguen implementar una organización que les permite limitar el impacto negativo del exceso de trabajo.

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