Evita a los payasos y animadores que se basan en la ridiculización para divertir
¿Te molesta que le digan a tu hijo que “llora como niña”? Pues sucede todo el tiempo en las fiestas de cumpleaños, cuando los chicos y chicas están formando su personalidad y sus valores. ¿Y qué mensaje reciben? Pues que es tan malo llorar como ser niña. Si eso es terrible, pues más terrible es que lo sigamos dejando pasar.
Por eso te propongo que armemos desde casa una campaña para cuidar el lenguaje discriminador en los cumpleaños.
¿Tanto importan estas fiestas? Sí, porque son en muchos casos las primeras aproximaciones a la socialización que tienen los niños y, así receptivos como están, no puedes permitir que sean discriminados o que aprendan a discriminar.
Por muchos años, la sociedad se ha encargado de implantar frases tan equivocadas como “no llores como una mujer, lo que no has defendido como un hombre”, que demuestran el desprecio por lo femenino. Que no les pase a nuestros vástagos. El lenguaje sexista asume rasgos relacionados con los prejuicios culturales de género y uno de sus principales fuertes es el humor, pero un humor basado en la ridiculización del otro.
La psicóloga Patricia Tellería Saavedra señala que por lo general los animadores de fiestas utilizan juegos o chistes que inferiorizan a las niñas. Incluso si hablamos de los ornamentos que se necesitan para festejar una fiesta infantil, siempre existe una tendencia sexista. “Incluso el cotillón ya está dirigido ya sea a los niños o a las niñas”, comenta la psicóloga. Un chiste habitual de payaso entonces será “tenemos tu torta de Barbie”, para molestar a un niño varón.
Muchos de estos animadores incluso utilizan a los adultos como objetos de burla. “No confundan al señor con la piñata”, destacando la gordura de un hombre, o “dejen de chismosear como sus mamás”, o “esas imillas a la cocina”. Los niños aprenden todo esto y lo replican después en el colegio, el barrio y la casa.
“Es más el bombardeo sexista que las posibilidades de reflexionar sobre el tema. Por eso es primordial antes de decidir llevar a casa a un desconocido, hacerle conocer las reglas del hogar”, explica la psicóloga.
Por ello, para elegir, es importante que dialogues con el candidato a animar la fiesta. Pregúntale primero en qué consiste su espectáculo y qué es lo que van a aprender los niños, además de divertirse.
Si ya quedaste con él, explícale qué miembros de la familia estarán presentes (mamá, papá, tíos y abuelos), analiza qué música es la que colocarán y recálcale que no debe burlarse de nadie, ni por su sexo ni por cómo se ve. “Los payasos deberían dedicarse a despertar la imaginación y conciencia de los niños, tratar temas sociales ofreciendo juegos y dinámicas creativas. Sus ideas deben ser alegres con humor sano que no dañe a nadie y siempre adaptados para todos los públicos y edades”, señala Tellería.
Posesión
Sé consciente de que estás pagando por una fiesta y tienes el derecho de exigir respeto y evitar la discriminación. Habla antes de este tema con los animadores y, si no están de acuerdo, busca otros que sí tengan la capacidad de hacer un espectáculo sin ofender.
Burlas
Si durante el show, el animador se burla de algún niño o padre, hazlo notar en ese momento. “En esta fiesta no nos burlamos de las personas”, y pide un “Buuu” para la discriminación.
Participa
Un grupo de niños en una fiesta es una excelente audiencia para inculcar valores. Los animadores profesionales de hoy incluyen en sus contenidos el cuidado del medio ambiente, así como la autovaloración positiva en sus espectáculos. Participa tú en la planificación de la presentación.
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