“Cuando me lo dijo, me quedé sin habla, pues jamás pasó por mi mente que estuviera enamorado de mí. Siempre lo vi como un hermano y le confié los más grandes secretos. Ahora no sé cómo mirarlo y temo que nuestra relación nunca más sea la misma”, dice Claudia, a quien le tocó escuchar la confesión de amor del que fue su confidente por más de seis años.
Como ella, muchas chicas o chicos han atravesado esta situación difícil. Lo importante es saber cómo actuar sin herir a la otra persona.
Tienes dos caminos al menos. El primero es analizar bien tus sentimientos y, si crees que puedes corresponder al amor que te ofrecen, será posible una relación mejor que la amistad. Pero si no, debes decírselo sin herirlo. Si realmente te aprecia y no quiere perderte entenderá que no es posible forzar los sentimientos.
El psicólogo Carlos Velásquez dice que muchas veces la amistad es confundida con amor. Por ello es importante delimitar hasta dónde puedes llegar y hasta dónde le permites llegar a tu amigo (o amiga). “Por ejemplo los celos, la preocupación extrema, la necesidad de estar con él o ella, son pautas para poder reconocer que se trata de algo más que una sincera amistad”, expresa.
Así le pasó a María, quien después de más de un año de amistad con Rubén, notó que su comportamiento era más posesivo que al principio. “Ya no quería compartir en grupo, sólo hacía planes para que estuviéramos los dos solos y además actuaba como si yo fuera de su propiedad, hasta que un día me dijo todo lo que yo significaba para él”, cuenta.
Bien, si estamos del otro lado y eres tú quien te enamoraste de tu amigo, también puedes elegir los caminos. O se lo haces saber, ateniéndote a las consecuencias con mucha madurez, o callas por siempre y sufres en silencio. En estos casos, Velásquez aconseja hablar con mucha sinceridad y, pase lo que pase, respetar la decisión de la otra persona. “Es mejor hablar a tiempo que sufrir en silencio. Además, puede ocurrir que el amigo esté esperando esta declaración porque siente que también se ha enamorado”, plantea el psicólogo.
“Creí que nunca me lo diría y me sentía muy mal conmigo misma, porque sin darme cuenta llegué a amarlo en silencio y el momento menos pensado me declaró su amor y yo le confesé el mío. Hoy estamos juntos y muy felices”, relata Rosario.
Este testimonio puede o no repetirse, por eso es mejor estar muy pendientes de la actitud que asume nuestro amigo en cada una de las situaciones que comparten. Eso sí, no confundas su amabilidad y atención para contigo, quizá sea su forma de ser amigo sin ninguna otra intención. Por esta razón, el profesional te aconseja hablar de frente y exponerle tus dudas y sospechas para evitar que esta linda relación se quebrante y sólo quede un mal recuerdo.
Distanciamiento
No te preocupes si luego de que hayas declarado lo que sientes o lo hayan hecho contigo, terminan distanciándose. Esto suele ser lo más común, ya que será difícil que, luego de haber dicho lo que estaba guardado, vuelvan a tratarse como siempre, asegura Velásquez. “Pocas veces pasa que ambos logran aclarar las cosas, quedar como amigos y mantener esa vinculación. Lo que normalmente suele ocurrir es que terminan distanciándose para seguir cada uno con lo suyo”, explica.
Según el psicólogo, cuando suceden estos casos, el enamorado suele sentirse muy desilusionado y la otra persona invadida e incómoda, lo que automáticamente los lleva a desvincularse.
“Lo siento, pero no quiero hacerte daño, no eres la persona que yo quisiera para mí, quizá sólo estás confundido” o “no podría verte con otros ojos que no sean los de una hermana”, son las frases que a menudo se pronuncian como respuesta, luego de haberse hecho la confesión.
Una relación intensa
Pero ¿en qué momento se presenta este sentimiento hacia nuestro amigo (o amiga)? Aunque la respuesta a esta pregunta no es fácil, Velásquez señala que suele darse por el alto nivel de confianza, relacionamiento, comunicación y porque están constantemente juntos, compartiéndolo todo.
Sin embargo, el especialista aconseja analizar bien lo que uno está sintiendo antes de cometer alguna imprudencia que sea la causa para enemistarse. Hay que saber diferenciar entre costumbre, cariño —que es lo que se siente por un amigo— o amor, deseo, pasión y celos que son sentimientos que provoca una pareja.
Si se trata de lo primero, estaríamos hablando de algo filial, de sentir a nuestro amigo o amiga como un hermano de verdad en el que podemos confiar, apoyarnos y disfrutar la relación sin presiones que lastimen a alguno de los miembros. En cambio, si cuando nuestro amigo nos cuenta que sufre por el amor de su novia y esto nos lastima, es mejor aclarar lo que estamos sintiendo para luego hablar con él. Y, aunque quieras mucho a tu amigo, nunca cometas el error de aceptar una relación sólo por no lastimarlo, porque ambos terminarán sufriendo el doble.
Atribuciones
No dejes que tu amigo o amiga se tome atribuciones que no le competen. Lo mejor es que, si notas algún comportamiento extraño, pongas un límite y dejes las cosas claras para que la relación no se deteriore y alguno de los dos termine lastimado. Hay quienes dicen que entre un hombre y una mujer nunca existirá una sincera amistad.
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