miércoles, 8 de junio de 2011

Es recomendable en camas de matrimonio utilizar las almohadas de forma individual

“pues cada persona puede tener necesidades diferentes”.

Una de las reglas básicas de un descanso efectivo radica en conseguir que los elementos sobre los que reposamos, colchón y almohada, sean aptos para permitir un sueño reparador.

Reposar la cabeza y dormir plácidamente; dejar que el cuerpo y la mente se relajen, son los objetivos de cada noche. Es ideal elegir unos tonos relajantes para las paredes y la calidez y textura de la ropa de cama es igualmente fundamental, pero la almohada, ese pequeño elemento que se funde con nuestra mejilla y nuestro cuello, es la clave para que nuestras cervicales no se resientan al día siguiente, manteniéndose alineadas con el resto de la columna.

Elegir la almohada adecuada es tan importante como la elección del colchón o la base, pues puede aliviar el dolor de la espalda, prevenir posturas incorrectas, solucionar problemas de ronquidos y aliviar carencias de sueño.

Alejandro Peña, jefe de Comunicación de la empresa Pikolin, afirma que es recomendable que se utilicen almohadas individuales en camas de matrimonio, “pues cada persona puede tener necesidades diferentes”.

Indica también que la posición correcta en la cual el cuerpo descansa de una manera más uniforme es la posición fetal o de lado y, si se va a descansar boca arriba, es recomendable utilizar una pequeña almohada debajo de las rodillas que permita tener más relajada la espalda y, en definitiva, el cuerpo.

Materiales “must”

No hay una regla general para sustituir una almohada nueva por la antigua, “aunque lo habitual es que se renueve cada uno o dos años. Como recomendación, resulta necesario cambiarla cuando haya perdido sus propiedades, no cumpla con su función de alinear la columna o, sencillamente ya no sea cómoda”, señala Peña.
El latex se ha impuesto con fuerza en el descanso pero, según este profesional del descanso, el tipo de material que más se demanda para almohadas sigue siendo la fibra.
“Las innovaciones recientes nos permiten ofrecer al mercado alternativas de diferentes firmezas y alturas, siempre buscando un nivel de transpiración óptimo para el mejor descanso”.
Materiales como el Calma Foam, Technogel o Viscofoam, tienen cada vez más aceptación, de forma que se puede elegir entre un abanico muy amplio de opciones hasta que encuentre la combinación que mejor cumpla su función; proporcionar una posición correcta a la zona cervical.
Se recomienda que, para decidir entre varios productos, es conveniente probar las almohadas sobre un colchón lo más parecido posible al que vamos a utilizar, manteniendo la posición habitual al dormir.
Vestir la cama
Una vez elegido el mejor material adecuado para nuestro descanso vestirlo se convierte en un pasatiempo divertido.
La firma Laura Ashley propone ricos tejidos bordados en blanco en su colección Gypsophila, en satén y lujoso algodón de trescientos hilos. Otra de sus líneas tiene como estrella el lino, enriquecido con diseños florales de camelias, propuestas, ambas que otorgan un aire fresco y limpio a cualquier dormitorio.

Para ambientes marineros nada como bordados como topos azules con caballos de mar en algodón de doscientos hilos.

Las sábanas blancas también son una constante en la colección de Pottery Barn, que son sabiamente combinadas con coloridas colchas de patchwork. Los tonos pastel en la ropa de cama se introducen de una manera sutil con azul celeste, combinado en rayas blancas o el beige y tostados lisos, fundamentalmente en lino, las colchas en neutros y bellos verdes como los prados de la campiña inglesa en la que se inspiran.

Siguiendo la tónica anterior Lexington Company también apuesta por los tonos pastel: los azules son la estrella, pero destacan las sábanas beige con rayas blancas, los tonos tierra o el frescor de los verdes intensos. /

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